Solo trato de explicar cómo es en verdad el silencio cuyo único designio es perturbarme con su voz.
Una voz tan nítida y sombría que apenas la oigo no puedo hacer otra cosa más que temblar.
Quien iba a decirlo “YO” con miedo, es algo totalmente absurdo, pero sí, tan solo su presencia me eriza la piel, me tira de mi gran pedestal haciéndome despertar de esta pesadilla vacía de fantasmas y de muerte.
No encuentro un sentido real de mi duda, es más, solo no encuentro respuesta.
Lo único que hago es pensar y meditar sobre tu voz, que tartamudea ante su presencia.
Un río de agua de lluvia tiñe al océano de rojo, purificando tus ojos transparentes por la sangre que corrió.
Sufro sin merecerlo, lloro sin necesitarlo, encuentro sin buscar, busco sin encontrar y el tiempo que huye despavorido al mirar su reloj de sol en la noche oscura por mis sueños rotos.
Todo esto ocurre en estos veinte segundos de ruido infernal que producen las ruedas metálicas del tren sobre el riel inmóvil.
Hay tantas cosas que decir, hay tantas cosas por hacer…
Solo te pido veinte segundos más….
“SEISU”
2 comentarios:
genial !!!! me encantan los cuentos que nacen de las cosas cotidianas y te permiten pensar !!
Me encanta Eze, sobretodo el lapso fijo que une todo el relato: esos 20 segundos, siempre ahí, al alcance de la mano, cobrando forma para perderse: Realmente, quiero tener estas cosas impresas en papel!!!
Ro
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